10/11/2010 El viernes ocho del cursante mes de octubre se juramentaron y tomaron posesión de sus cargos los miembros de la nueva Junta Central Electoral.
En una solemne ceremonia en el Congreso Nacional y luego en el edificio de la Junta, los designados titulares del organismo responsable de administrar y organizar las elecciones y el Registro Civil, tomaron el juramento y comenzaron a funcionar en sus respectivos despachos.
Sin sobresaltos y tropiezos se produce el traspaso de mando de una gestión a otra, reconociendo el saliente presidente de la JCE, las condiciones de los miembros entrantes.
La designación de Roberto Rosario, presidente, Eddy Olivares, José Ángel Aquino, Francisco Feliz y Feliz y Rosario Altagracia Graciano, de parte del Senado de la Republica, ha contado con un amplísimo respaldo ciudadano.
Solo una fracción del Partido Revolucionario Dominicano y una organización enquistada en la llamada sociedad civil, se han opuesto a la elección.
El sector perredeísta porque no se escogió el miembro que quería el jefe de la corriente partidista. Otras fuerzas a lo interno de la estructura del PRD si respaldaron la designación de los miembros, con lo que se confirma lo aquí expresado, que evidencia una clara divergencia de opinión en la citada agrupación politica.
La representación de la sociedad civil, al parecer, tenía contradicción con uno de los seleccionados, lo que motivó su acérrima oposición a la designación de los miembros del organismo de las elecciones.
En cambio, un amplio respaldo ha concitado la designación de la Junta Central Electoral consiguiendose el apoyo de sectores políticos de posiciones ideológicas contrapuestas, gremios profesionales, las iglesias, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación, comunicadores en particular, etc.
En fin una elección respaldada a todas luces por ser constitucional, legal y legitima.
Para colmo en el debate para la escogencia de los miembros de la Junta Central Electoral volvió a hablarse de los famosos “notables”, tan cuestionados ellos, como los procesos que les correspondió arbitrar.
Los escogidos representan una generación que ha demostrado capacidad, gerencia, noble ejercicio de sus profesiones y sobradas condiciones morales.
Pese a la campaña mediática contra uno de los miembros, se escogio la nueva Junta Central Electoral, elección que ha contado con el aval de la sociedad.
El senado ha hecho una designación acorde a la Constitución de la Republica, a la propia Ley Electoral y reconoce el trabajo realizado por los seleccionados miembros quienes ostentaron, en el cuatrienio que termina, iguales posiciones.
Se ha reconocido el empeño, la dedicación y el esfuerzo de un grupo humano realizando un trabajo complejo y ordenado que va más allá de la organización y montaje de unas elecciones.
Los críticos de la decisión del Senado de la Republica tienen que entender que las elecciones se ganan con el apoyo que se concite en la población, es decir consiguiendo su simpatía, apoyo y votos en las urnas.
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