LA HABANA (Reuters)Julio 3, 2010 - Cuba advirtió el sábado que el disidente Guillermo Fariñas corre "peligro potencial de muerte", pero el opositor no pretende deponer su huelga hasta lograr la excarcelación de los presos políticos más enfermos.
El psicólogo de 48 años tiene un coágulo en la yugular que podría causarle la muerte si se mueve al corazón o los pulmones, dijo el jefe de terapia intensiva del hospital donde está internado Fariñas, en una larga e inusual entrevista con Granma, el diario del gobernante Partido Comunista.
"Hoy el paciente tiene un peligro potencial de muerte, porque depende de la evolución de ese trombo que tiene alojado en el confluente yugulo subclavio izquierdo, el cual se está tratando adecuadamente", dijo el médico Armando Caballero.
Caballero dijo que los médicos del hospital de Santa Clara, a 270 kilómetros al este de La Habana, están tratando a Fariñas, en huelga de hambre desde hace más de cuatro meses, con anticoagulantes y antibióticos para disolver el coágulo.
Pero advirtió que están agotando sus recursos.
"Estamos en los límites (...) Ingerir alimentos en su caso es un elemento importante en la lucha por la vida", dijo Caballero a Granma en una entrevista titulada "Luchar por la vida es nuestro deber".
Pese a la advertencia oficial, Fariñas está decidido a llevar su huelga hasta el fin para presionar al presidente Raúl Castro por la liberación de decena de disidentes enfermos.
"El prefiere morirse antes que claudicar en su huelga", dijo a Reuters su madre, Alicia Hernández, por teléfono desde Santa Clara.
"El objetivo fundamental de él está muy claro: Liberen a los presos más enfermos, si no irá hasta las últimas consecuencias", añadió.
La muerte de Fariñas sometería a Cuba a una nueva andanada de críticas internacionales sobre derechos humanos como la desatada en febrero tras el fallecimiento del preso político Orlando Zapata a raíz de una huelga de hambre.
"TRATADO CON HUMANISMO"
Cuba dice que está haciendo lo imposible por salvarle la vida a Fariñas.
El disidente está siendo tratado con "humanismo, profesionalidad y los más avanzados y costosos tratamientos" a cuenta del Estado cubano, dijo Granma, señalando que hasta tiene un televisor para ver los partidos de la Copa Mundial de fútbol.
Pero las complicaciones se acumulan. Caballero dijo a Granma que una infección obligó a casi suspender la alimentación que le venían suministrando por vía intravenosa.
El periódico no menciona, sin embargo, que Fariñas es un opositor ni tampoco los motivos de su huelga.
"Esto es la preparación del Gobierno ante la posibilidad real de que Fariñas muriera. Veo una gran carga de cinismo (en esta entrevista) porque el reclamo de Fariñas es por la propia salud del ser humano", dijo Elizardo Sánchez, de la ilegal, pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos.
Cuba ve a Fariñas y otros disidentes como "mercenarios" a sueldo de su enemigo Estados Unidos. Según grupos de derechos humanos, hay alrededor de 180 de ellos en la cárcel.
El presidente Raúl Castro dijo en abril que la huelga de Fariñas era un "chantaje inaceptable" y su Gobierno no sería responsable de su muerte.
Al mes siguiente, Castro entabló un diálogo sobre la situación de los presos políticos con la Iglesia Católica, que ha conducido hasta ahora a la excarcelación de un opositor en silla de ruedas y a discretas mejoras en las condiciones de detención de otros 12.
La Iglesia Católica dice que espera más liberaciones, que podrían desactivar la huelga de Fariñas.
Los disidentes confían en que Cuba excarcele algunos presos políticos la próxima semana a raíz de una visita del canciller español, Miguel Angel Moratinos, con quien las autoridades de la isla sostienen conversaciones sobre derechos humanos.
El psicólogo de 48 años tiene un coágulo en la yugular que podría causarle la muerte si se mueve al corazón o los pulmones, dijo el jefe de terapia intensiva del hospital donde está internado Fariñas, en una larga e inusual entrevista con Granma, el diario del gobernante Partido Comunista.
"Hoy el paciente tiene un peligro potencial de muerte, porque depende de la evolución de ese trombo que tiene alojado en el confluente yugulo subclavio izquierdo, el cual se está tratando adecuadamente", dijo el médico Armando Caballero.
Caballero dijo que los médicos del hospital de Santa Clara, a 270 kilómetros al este de La Habana, están tratando a Fariñas, en huelga de hambre desde hace más de cuatro meses, con anticoagulantes y antibióticos para disolver el coágulo.
Pero advirtió que están agotando sus recursos.
"Estamos en los límites (...) Ingerir alimentos en su caso es un elemento importante en la lucha por la vida", dijo Caballero a Granma en una entrevista titulada "Luchar por la vida es nuestro deber".
Pese a la advertencia oficial, Fariñas está decidido a llevar su huelga hasta el fin para presionar al presidente Raúl Castro por la liberación de decena de disidentes enfermos.
"El prefiere morirse antes que claudicar en su huelga", dijo a Reuters su madre, Alicia Hernández, por teléfono desde Santa Clara.
"El objetivo fundamental de él está muy claro: Liberen a los presos más enfermos, si no irá hasta las últimas consecuencias", añadió.
La muerte de Fariñas sometería a Cuba a una nueva andanada de críticas internacionales sobre derechos humanos como la desatada en febrero tras el fallecimiento del preso político Orlando Zapata a raíz de una huelga de hambre.
"TRATADO CON HUMANISMO"
Cuba dice que está haciendo lo imposible por salvarle la vida a Fariñas.
El disidente está siendo tratado con "humanismo, profesionalidad y los más avanzados y costosos tratamientos" a cuenta del Estado cubano, dijo Granma, señalando que hasta tiene un televisor para ver los partidos de la Copa Mundial de fútbol.
Pero las complicaciones se acumulan. Caballero dijo a Granma que una infección obligó a casi suspender la alimentación que le venían suministrando por vía intravenosa.
El periódico no menciona, sin embargo, que Fariñas es un opositor ni tampoco los motivos de su huelga.
"Esto es la preparación del Gobierno ante la posibilidad real de que Fariñas muriera. Veo una gran carga de cinismo (en esta entrevista) porque el reclamo de Fariñas es por la propia salud del ser humano", dijo Elizardo Sánchez, de la ilegal, pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos.
Cuba ve a Fariñas y otros disidentes como "mercenarios" a sueldo de su enemigo Estados Unidos. Según grupos de derechos humanos, hay alrededor de 180 de ellos en la cárcel.
El presidente Raúl Castro dijo en abril que la huelga de Fariñas era un "chantaje inaceptable" y su Gobierno no sería responsable de su muerte.
Al mes siguiente, Castro entabló un diálogo sobre la situación de los presos políticos con la Iglesia Católica, que ha conducido hasta ahora a la excarcelación de un opositor en silla de ruedas y a discretas mejoras en las condiciones de detención de otros 12.
La Iglesia Católica dice que espera más liberaciones, que podrían desactivar la huelga de Fariñas.
Los disidentes confían en que Cuba excarcele algunos presos políticos la próxima semana a raíz de una visita del canciller español, Miguel Angel Moratinos, con quien las autoridades de la isla sostienen conversaciones sobre derechos humanos.
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