Aqui Tu Mundo Digital: Desde mi ventana abierta

Una Ventana Internacional al Mundo Literario y de la Cultura

Julio C. García Sánchez

www.Lialdia.com

jcgarciasanchez@aol.com

El poeta Nicanor Parra se convirtió en el tercer escritor chileno en conseguir el prestigioso Premio Cervantes.

Como casi siempre suele suceder surgen comentarios en torno a la figura que se adjudica determinado e importante premio en sus trabajos intelectuales. Con motivo que el poeta chileno Nicanor Parra, el creador de la “antipoesía” se unió a sus colegas y patriotas Jorge Edwards (1999) y Gonzalo Rojas (2003) como los únicos escritores chilenos que han obtenido el prestigioso galardón del Premio Cervantes, considerado el Nobel en la literatura hispana, y reservado para los autores más destacados de la literatura iberoamericana y el de más importancia de las letras castellanas, se comentó en algunos medios de prensa, que aunque “indiscutiblemente” hace tiempo era merecedor del Cervantes, tardaron bastante tiempo los que dirigen ese premio concedido por el Ministerio de Cultura de España en entregárselo a un escritor de la valía y trayectoria exitosa y amplia en una vida dedicada a la poesía.
Pero nunca es tarde si la dicha sigue gozando de felicidad, y Parra, de 97 años de edad, sucede en el listado de ganadores a la catalana Ana María Matute, quien recibió el premio el año pasado, y se suma a una nomina de galardonados que incluye a Mario Vargas Llosa, Jorge Luís Borges, Ernesto Sabato, Carlos Fuentes y Sergio Pitol, entre muchos otros grandes de la literatura hispanoamericana.

El premio le será entregado a quien publicó en 1954 la que es considerada por muchos su obra más influyente: “Poemas y antipoemas” el 23 de abril, fecha en que se conmemora la muerte de Miguel de Cervantes, de manos del rey Juan Carlos, en una ceremonia que tradicionalmente se realiza en el Aula de la Universidad de Alcalá de Henares, donde nació el autor de “El Quijote”.

En las obras de don Nicanor Parra figuran titulos como “Cancioneros sin nombre” (1937), “Poemas y antipoemas” (1954), “La cuesta larga” (1958), “Versos de salón” (1962), “La camisa de fuerza” (1968), “Obra gruesa” (1969), “Antipoemas” (1972), “Poesía política” (1983), “Página en blanco” (2001) y otras obras que lo encumbraron a considerarlo unos de los grandes escritores y poetas consagrado en Hispanoamérica.

Como es costumbre, cuando uno de los nuestros se alza con un triunfo deslumbrante, como el que acaba de obtener quien con un estilo irónico, provocativo y desconcertante manejo de la letras y quien también expandió sus fronteras artísticas a través de obras visuales que fueron expuestas en Chile, y se mostraron además en Estados Unidos y España, queremos extenderles a través de esta Ventana Abierta, las más calurosas y merecidas felicitaciones a este respetable poeta chileno.

Aprovecho para recordarles a estos señores del Ministerio de Cultura de España, que rigen el Premio Cervantes, que enfilen sus cañones hacia el Caribe donde hay un cepa muy grande de excelentes intelectuales escritores dominicanos, puertorriqueños y cubanos, que ya merecen ser mencionados en consideración a ser seleccionados en un futuro inmediato para obtener ese prestigioso galardón. Esto es un clamor señores, y necesito repuesta, porque esta columna se la enviaremos respetuosamente a la madre patria.

La ardua y responsable tarea de preparar un libro.

Hay escritores que con el descorrer del tiempo retornan su mente a la primera experiencia de preparar su primer libro donde salvaron y dejaron para la historia en sus páginas el cúmulo literario en una experiencia que jamás se olvida. Y aunque sigan llegando más libros a sus respectivas vidas como escritores, siempre la primera vez deja unas huellas de la primera aportación en su naciente carrera en las letras. Basado en mi experiencia, si uno se ha pasado y sigue su vida escribiendo contra viento y marea, llega el momento en que uno quiere salvar esos manuscritos guardados en un archivo viejo en el rincón de la oficina o del cuarto de su residencia. Es decir, como mencioné al principio, reunirlas en un libro y publicarlas para que queden de una manera u otra para la posteridad. Yo pasé por esta experiencia hace ya tres años al iniciarme en la literatura en el 2009 tras el lanzamiento de mi primer libro de poesías intro-realistas “En la diversidad del verso”, y que debo admitir fue un trabajo extremadamente agobiado, difícil, que implicaba bastante responsabilidad sin tener la experiencia, pero si la capacidad de bregar con un proyecto de esa magnitud.

Si acaso me sirvió como alivio mis 40 años en el periodismo en una transacción casi similar en trabajar los textos, ideas, concepto de la portada y contraportada y todo el demás engranaje que recayó en personas profesionales que sabían hacer su trabajo en coordinación y dirección de un servidor. Mi plan de trabajo en aquel entonces comenzó con la recopilación de los más de 100 poemas archivados por cerca de 25 años que formaría en parte el poemario compuesto de 136 páginas, y la activación de mi mente creadora para comenzar a crear nuevos poemas de amor y de activación social. Sobre este punto, debo decir durante la creación de estos nuevos poemas, cuales fueron conformando mi espíritu y esencia durante el transcurso de su preparación para poder elegirlos para conformar el libro de poesía. Confieso que fueron indecisiones que me hacían cambiar constantemente sobre dicha elección, ya que la entraña fuerza inspiradora de la terrible corriente que arrastra cada verso engendrado, me hacia caer en esas indecisiones que al fin y al cabo fueron superadas y el libro pudo salir a la venta satisfactoriamente. Para el segundo y más reciente libro “El poeta no envejece” el camino ya estaba trazado de una experiencia pasada en una progresión casi sistemática que se desarrolla concientemente en lo ya aprendido.

La escritora española Almudena Grandes se adjudica el XIX Premio Sor Juana de la Cruz en la FIL de Guadalajara, México.

“Los hombres deben saber que la literatura escrita por mujeres también les puede contar vida”. Fue esa la frase más aplaudida durante el discurso de aceptación de la escritora española Almudena Grandes al recibir el XIX Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela “Inés y la alegría” durante la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara que se extendió durante toda la semana pasada.
La entrega del premio tuvo un matiz especial para Puerto Rico, pues es la primera vez que una voz literaria del país tiene a su cargo la lectura del laudo de este premio tan prestigioso dedicado a obras literarias escritas por mujeres. La responsabilidad recayó sobre la narradora isleña Yolanda Arroyo Pizarro, una voz que lleva dando de que hablar de modo constante y sonante en el circuito literario internacional, tras su selección como una de las escritoras que conformó el Bogota 39. Ella integró el jurado que otorgó el premio, a la autora de la ya clásica novela erótica “Las edades de Lulú”, junto a los mexicanos Malena Mijares e Ignacio Padilla. “El premio no podía estar en mejores manos. Almudena escribe historias de mujeres como todas las que estamos aquí hoy, que toman la vida por los cuernos. Mi admiración no es estrictamente por la condición femenina sino por su honestidad y por lo mucho que nos enseñan sobre la condición humana”, expresó la directora de la FIL, Nubia Macias.

!Ah, herencia del sueño que me hace levantar el espíritu sobrio !

El sueño, mis sueños, establecen en mi vida una base simbólica que creo que me rige, esto es, rige mi destino simbólico. ¿Un día tendré fuerzas, fuerzas suficientes para no tener miedo? !Oh, el miedo! Yo mismo no se cómo me voy saturando y de qué me saturo. Pero, llego a pensar que en mis pensamientos, empapados de las experiencias únicas, absolutas de los sueños, hay un total de conocimiento que no es el conocimiento puro o simple de pensar. Es un conocimiento más atroz evidente. es como una falta de conocimiento, que es un conocimiento mayor. Yo mismo me asusto de mí.

Quiero agradecer en todo lo que pueda valer, las llamadas, los correos electrónicos y las felicidades personales de todo aquel que nos leen semanalmente por los diferentes vínculos informativos donde se lee Desde mi ventana abierta, que continúa reclutando lectores de nuestra literatura hispanoamericana. Gracias mi gente.

Domingo, 4 de diciembre de 2011
Nueva York

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